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Las momias de Quinto de Ebro


La mayor parte de nuestro conocimiento social, así como nuestras creencias sobre el mundo, emanan de las informaciones que leemos o escuchamos a diario. Es muy probable que no exista otra forma de conocimiento, salvo al que nosotros podemos acceder de forma directa, o sea, viendo, tocando y sintiendo. Incluso de esta manera no todo lo que podemos observar de forma directa, es lo que realmente existe, pues siempre recibiremos las cosas desde nuestro punto de vista y forma de pensar y creer. 
A pesar de todo, esta página lo único que hará será exponer aquellos sucesos que trascienden a consecuencia de su singularidad, la cual los hacen sobresalir de los hechos normales y cotidianos de cada día. Espero que les sea al menos, interesante.
Según se vayan publicando noticias recientes, los títulos de las más antiguas, irán pasando a la página: "Archivo noticias con misterio"

Las momias de Quinto de Ebro.
La zona sureste de la provincia de Zaragoza es una tierra de olivos, de estepas, de esparto, de vastas llanuras que riega el Ebro, de meandros, mejanas, pantanos, de azudes y de acequias. Yacimiento arqueológicos, restos romanos, magníficas obras de arquitectura religiosa son una parte de los referentes artísticos del bajo Ebro. Entre ellos destacan las preciosas iglesias se diseminan por los promontorios de los pueblos como el antiguo templo de Quinto de Ebro y o el de San Martín en el abandonado Rodén.
 Majestuosa. Airosa. Imponente. Etérea. Adjetivos quizá contradictorios que sirven para definir la antigua iglesia de Quinto de Ebro, una de las mejor conservadas de todo el valle. Conocida y querida entre los vecinos, recibe el sobrenombre de El piquete, debido a su privilegiada situación.


Es un templo mudéjar que domina todo el territorio y posiblemente se levantara en el siglo XV, aunque es probable que en el mismo lugar antiguamente se encontrara alguna fortaleza o construcción defensiva. Según se puede leer en la guía Arte en la provincia de Zaragoza diseñada por la Diputación Provincial como aplicación para móviles, "es esencialmente de ladrillo aunque también se empleó la piedra en elementos destacados como el zócalo de la torre". En la actualidad, según explica la alcaldesa del municipio, el templo se encuentra desacralizado y esperando las últimas fases de la restauración. "En estos momentos no tiene uso porque su interior necesita una aclimatación para ser visitable, ya que el suelo se levantó para comenzar los trabajos de restauración pero se tuvieron que detener cuando aparecieron una serie de cuerpos momificados y restos arqueológicos que han causado un gran revuelo entre los investigadores por su buen estado de conservación", reconoce.

Su origen defensivo, olvidado durante siglos, volvió a quedar patente durante la guerra civil. El frente del Ebro desplegó en sus alrededores toda su virulencia. Fueron los meses más duros de la contienda. El templo, al situarse en un alto, sufrió la destrucción total de la torre. Finalizada la guerra se dejó sin reconstruir, igual que sucedió con Belchite. Pasado el franquismo se cambió de idea aunque su interior sigue prácticamente como cuando los milicianos lo abandonaron derrotados.
En la actualidad, para su visita turística es necesario solicitar las llaves en la alcaldía. El recorrido por el templo impresiona. El suelo está completamente excavado y las columnas y paredes tienen agujeros, desconchones y roturas que desconciertan al visitante. Los ecos y las sombras forman parte del recorrido.

Pero la antigua iglesia de Santa Ana no es el único monumento digno de mención en el municipio. En Quinto también se han conservado los portales (San Miguel, San Antón y San Roque) que daban acceso a la parte antigua. Además, se han restaurado siguiendo la memoria del lugar, lo que los convierte en un referente para este tipo de intervenciones. "Se reconstruyeron gracias a una subvención y forman parte de la esencia del municipio", indica la alcaldesa. En el aspecto natural las riberas del río Ebro son cita obligada para los muchos pescadores que acuden al pueblo.
El turismo en Quinto se ha visto favorecido por su condición de capital comarcal, aunque todavía es necesario hacer un trabajo de difusión para que joyas arquitectónicas como El Piquete sean más conocidas. Como anécdota, la alcaldesa señala que hace unas semanas acudió al pueblo un equipo de Cuarto milenio. Estaban interesados en la fortaleza religiosa, que para muchos es un lugar desconocido. "Quizá no lo sería tanto si su historia fuera más divulgada", precisa la alcaldesa y gracias a las momias así es.

Las momias
Con la excavación, llevada a cabo sobre el nivel superficial del suelo de la nave de la iglesia situada en “El Piquete” de Quinto de Ebro, se empezó a descubrir el último estrato de enterramientos practicados antes de la prohibición promulgada en la Constitución de 1812, correspondiente cronológicamente al último tercio del siglo XVIII y primer cuarto del siglo XIX.
Entre estos enterramientos había un grupo de pequeñas cajas policromadas que contenían momias de niños con edades comprendidas entre los pocos meses y adolescentes de 12 o 13 años. Estas cajas, en madera de pino, generalmente con tapa de forma tronco piramidal, conservaban la policromía, siendo los colores más abundantes  el blanco, el verde claro, el azul cian, el rojo, rosa y el negro, con en un estado de conservación aceptable, excepto la franja en contacto directo con la tierra, donde la humedad había provocado el ablandamiento de la madera, la aparición de hongos y la degradación del aglutinante del color con la consiguiente disgregación del mismo.
Se realizó un tratamiento de urgencia sobre las cajas a la espera de una restauración completa. La segunda parte del trabajo consistió en un tratamiento mínimo sobre las momias, de modo que pudieran ser almacenadas en buenas condiciones para un futuro y deseable trabajo de investigación antropológico y etnológico, ya que en muchas de ellas, los trajes, hábitos, zapatos, sombreros, tocados e incluso bulas, aparecieron en buenas condiciones.